lunes, 3 de febrero de 2025

Feijóo defiende la autonomía de la formación más grande de España, “libre para decir que no cuando lo que se trata es de salvar a Sánchez” y “libre para decir que sí para dejar claro que estamos a favor de subir las pensiones a nuestros mayores”

Asisto esta mañana en un hotel de Madrid, a la reunión de la primera Junta Directiva Nacional del Partido Popular en 2025.

Reseño aquí el discurso del presidente del partido Alberto Núñez Feijóo:

Buenos días. Bienvenidos a la primera Junta Directiva Nacional de este año 2025. 

"Muchas gracias por estar aquí. Sabéis que mañana es el Día contra el Cáncer, así que quisiera comenzar con un recuerdo a quienes lo sufren. Casi 300.000 personas escuchan al año por primera vez: “tienes un tumor”. Sabemos lo que eso significa, para uno mismo y para su entorno. Y por todos ellos, hoy y cada día, debemos de insistir en más prevención y más cribados, en más investigación y más ensayos clínicos, y en más tratamientos eficaces y más rápidos. No debemos pues resignarnos a ser uno de los países que más tarda en autorizar los últimos tratamientos cuando se han demostrado que son eficaces. Dos años de espera es una tendencia que debemos corregir. El PP adquiere este compromiso en el manifiesto que publicaremos mañana y apelo a todas las formaciones políticas. Trabajemos por acortar plazos para que quien enfrenta esta enfermedad el tiempo es oro. 

Compañeros y compañeras, propuestas como ésta, propuestas como las que conseguimos sacar adelante en las Cortes Generales, propuestas como las que hace pocas semanas acordamos con los presidentes autonómicos en Asturias, y hace casi un año también con los mismos presidentes autonómicos en Córdoba, son la política que sirve. Ni la bajeza moral que nos rodea, ni la política barata que practican otros, ni seguir el juego a nuestros rivales, nada de eso sirve a los españoles. 

 Por eso, en primer lugar, os convoco a seguir el camino que nos hemos trazado. Sin monólogos, en este partido se escucha. Sin enfrentamientos, nosotros compartimos la gestión de las comunidades autónomas y de los ayuntamientos que mejor funcionan. Y sin cerrar los ojos a los problemas de la gente. El PP ofrece soluciones. Lo volveremos a hacer esta semana. Vamos a proseguir esta mañana para cerrar nuestra política de vivienda. Y la terminaremos el fin de semana en Zaragoza, con los más de 30 alcaldes y alcaldesas de las principales ciudades donde gobernamos para trabajar juntos por más de 12 millones y medio de ciudadanos cuyo alcalde o alcaldesa es del PP. Este es nuestro camino y soy el primero consciente en la dificultad que supone seguirlo. 


 La política barata lo pretende convertir todo en un espectáculo lleno de trucos, pero es que la gente está fuera de ese teatro. 

La mayoría de la gente está levantando el país. Hay muchos otros intentando salir adelante como pueden. Y todos ansiando que la política haga algo más por ellos. A la mayoría de familias les cuesta llegar a fin de mes. Los salarios no alcanzan para cuestiones tan esenciales como una vivienda. Y tras 7 años, muchos problemas, en vez de arreglarse, se han cronificado. Ejemplo: hace unos días hemos leído que el 40% de los jóvenes emancipados que trabajan ahorra menos de 100 € al mes. Pues, queridos compañeros, eso no ocurre en la mejor economía del mundo. España tiene que soñar mucho más alto. Y nosotros con ella. Por eso, la buena política es la que tenemos que plantear y la que estamos planteando. Nadie más que el PP lo hará. No lo hará el Gobierno, no lo hará un Gobierno partido en dos hasta en los temas más básicos y chantajeado cada día. No lo harán sus socios, mientras puedan seguir sacando provecho del Gobierno más débil de la democracia. Y tampoco lo hará Vox porque su objetivo no parece ser cambiar nada, sino reforzar su permanencia en la oposición. Pues lo haremos nosotros. Lo haremos nosotros, lo estamos haciendo y lo vamos a continuar. Y por eso os digo: ni chantajes, ni cesiones, ni pataleos. 

España es mucho más que esto. España es mucho más que todos estos. Merece otro futuro. Otra ambición. Y la esperanza de un tiempo nuevo. Es que lo que hay ya lo hemos visto. Y lamentablemente lo que hay lo estamos viendo todos los días. Lamentablemente lo vamos a seguir padeciendo hasta el último suspiro de este Gobierno. Que todo funcione un poco peor cada día. Que la calidad de vida se siga deteriorando. Que lo que antes era posible, ahora es inalcanzable, como la vivienda. Y que cada vez la sociedad sea más dependiente de su Gobierno. Para que la sociedad sea más dependiente del Gobierno, para eso, se está saqueando a los españoles con cada vez más, y más, y más impuestos. Nunca un español, un trabajador, una ciudadana ha pagado más impuestos que ahora. Se trata de engordar bien las arcas públicas. Que haya recursos para después malgastarlos como se está haciendo en Radio Televisión Española, como se ha hecho en Correos o pagando centenares y centenares de asesores que no le hacen faltan al Estado. Cuando no se aprovechan para malversarlos directamente, como también se ha hecho de forma repetida y vergonzante en infinidad de contratos públicos, cada vez más, durante la pandemia, y hasta con los recursos que deberían de haberse destinado contra el cáncer, como hemos descubierto en las últimas semanas. Esto es que lo que hay, lo único que ofrecen desde hace demasiado tiempo. 

 A donde nos lleva el sanchismo ya lo sabemos. Decadencia y más decadencia. Y dice Sánchez que está en el lado correcto de la historia. Ahora mostremos nosotros a donde queremos ir, que es a renovar y aprovechar el potencial de este país. ¿Cómo? Haciendo oposición, por supuesto. Mostrando la alternativa, por supuesto. Y garantizando que todo lo que se ha destruido, se reconstruirá, también, por supuesto. Estos son nuestros tres ejes de actuación. El primero: vamos a seguir haciendo oposición a este Gobierno. Somos la única oposición. Somos la única oposición que quiere cambiar el Gobierno. Somos la única alternativa que tiene este Gobierno. O gobierna el PP o seguirá gobernando el PSOE con todos sus socios. No perdamos de vista esto porque es determinante para orientar nuestra conducta y nuestra política. 

 Claro que vamos a seguir haciendo oposición. Faltaría más. No vamos a pasar una a quien acumula tantas y tantas. Comprendo que es difícil hacer oposición porque no sabemos muy bien por dónde empezar. ¿Empezamos por el número 2, actualmente en el banquillo del Tribunal Supremo? ¿Empezamos por un ministerio? Imposible. ¿Cuántos ministerios están afectados de forma directa o indirecta por las tramas de corrupción? Ahora nos enteramos que también están afectadas las exministras del Gobierno. No solamente los que están, sino los que se han ido. ¿Por dónde seguimos haciendo oposición? ¿Por los invitados VIP del PSOE? ¿Seguimos por la mujer? ¿Por el hermano? Y cada día algo nuevo… Estos días los ministerios encargados de los hidrocarburos no dan abasto a mensajes de Whatsapp. Y eso que no recordaban si habían tenido o no relación con los de los hidrocarburos. No han tenido relación con los hidrocarburos y tenían epístolas de Whatsapp constantes y continuas. Todo esto es muy sencillo saber dónde desemboca todo. 

Los ríos desembocan en los mares. Pues aquí todo desemboca en el Uno y en todos los que callan ante el Uno. Todo desemboca allí. Mirad, la semana pasada fue la primera vez en democracia -más de 46 años de democracia- que el fiscal general del Estado es llamado a declarar como imputado ante el Tribunal Supremo. Y si esto no fuese suficiente, va y no declara. No contesta a las preguntas del juez del Tribunal Supremo. Hasta aquí ha llegado la degeneración, a convertir una institución que debe impulsar la acción de la justicia en un arma para entorpecer la justicia. España no tiene un fiscal general del Estado. España le paga un esbirro particular al señor Sánchez y esto se tiene que acabar. Esto se tiene que acabar. No puede seguir un minuto más. Por la Justicia. Por el prestigio de la Institución. Y por decencia. Y esto se puede aplicar a ambos. Hoy lo digo por el fiscal, pero sirve para cualquier día de Sánchez. Realmente, el deterioro democrático que sufre nuestro país es espeluznante. Las instituciones del Estado al servicio de un solo hombre. Gobiernos municipales comprados e incluso controlando a las empresas privadas y cesando a sus presidentes en el Palacio de La Moncloa. Con el dinero de todos, claro está. Se persigue sin rubor la impunidad de la familia del presidente. Y si hay que cambiar leyes y sentencias a beneficio de imputados o condenados, se hace. Cualquier cesión vale igualmente para aguantar el poder. Las embajadas, el cupo separatista y la última, como sabéis, negociar la transferencia de todas las competencias en materia de inmigración. Y es que, si se cede la política exterior con las embajadas, si se cede la Hacienda con el cupo separatista y si se cede el control de fronteras, poco más quedaría por transferir al independentismo que el Palacio de la Moncloa. Y una reflexión todavía peor. 

El independentismo empieza pidiendo el control de fronteras para impedir la entrada de los inmigrantes irregulares y acaba convirtiendo una comunidad autónoma en un Estado. Pido, por favor, un mínimo de responsabilidad. Si se quiere de verdad detener la inmigración irregular, lo que hay que exigir al señor Sánchez es que se cumpla el acuerdo de los 14 presidentes de las comunidades autónomas que, en ese acuerdo, sí se han comprometido con la nación. La seguridad nacional es algo muy serio. La seguridad nacional es justo lo que no se puede trocear. Por cierto, hemos oído a Junts pedir al PSOE que cumpla el discurso que pactaron en Suiza. Por lo visto es distinto del que pronuncian en Madrid. Quién podría imaginarlo. Señor Sánchez, deje de gobernar de espaldas a los españoles, revele sus acuerdos clandestinos en el extranjero, porque si es capaz de presumir de algunos acuerdos, no quiero imaginar cómo serán los pactos que considera inconfesables. Hágalo ya, aclárelo ya, concrételo ya, díganos qué está pactando. 

Lo cierto es que en la política española hoy es todo tan de locos que alguien tiene que poner un poco de cordura. El Gobierno necesita controlar, dividir y mentir a la sociedad porque es incapaz de ilusionarla. Por eso lo tenemos que hacer nosotros, mostrando una alternativa que le dé a la gente la esperanza de un tiempo nuevo. Y por supuesto, lo vamos a seguir haciendo. No podemos confiar en que nada cambie en la acción del Gobierno, dure más la legislatura o dure menos. Si se ha paralizado todo un Consejo de Ministros a la espera de una orden de Waterloo, ¿qué se puede esperar? Evidentemente nada. Tampoco podemos esperar a que el Gobierno deje de delinquir ni de hacer daño para ocuparnos de los problemas de los españoles. Y, además, España se va quedando con problemas que otras naciones sí están afrontando. Por ejemplo, la inmigración irregular o el reto geoestratégico. España se queda sola en un mundo que está cambiando. O peor que sola, mal acompañada, por enemigos de la democracia a los que se les hace de portamaletas en el aeropuerto de Barajas. Pero allá ellos. Si están dispuestos a irse con quien sea por un día más, nosotros estamos con la gente para mostrarles que queda un día menos. 

De que queda un día menos hay muchas señales, pero la infalible es la manifestación de los sindicatos de ayer. Lo digo con respeto a muchos sindicalistas que sé que trabajan por los problemas reales, pero hombre, manifestarse contra la oposición es pintoresco. Y manifestarse contra aquello que la oposición no va a hacer es más pintoresco todavía. Pero esto ha sido exceso, ¿no? Ahora bien, no hay mal que por bien no venga. Lo digo en serio. Es importante que el futuro no pille desentrenados a los sindicatos, que ya van casi siete años sin entrenar. Siete años sin ejercitarse ante este Gobierno de precariedad, opacidad, deuda, impuestos, vivienda imposible, enchufismo, mentiras y corrupción. Desde ese punto de vista, ha sido un ensayo general. Insisto, tenemos que mostrar la alternativa. No nos vamos a quedar mirando cómo caen, esperando quietos mientras los problemas de los españoles se agigantan. La oposición de tumbona, sarao y dedito levantado que se la queden otros. No es para mí. Nosotros vamos a darle propuestas y soluciones a los españoles. 

Lo hicimos con el Plan de Conciliación, el más avanzado de nuestra historia, para que las escuelas infantiles sean gratis en toda España. Lo hicimos con el Plan Valencia, proponiendo 12.000 millones de euros de inversión del Presupuesto del Estado para mejorar la competitividad de una tierra que está todavía con unos efectos enormes de la DANA y para, sobre todo, infraestructuras hidráulicas que garanticen que no va a volver a ocurrir nunca más lo que ha ocurrido en Valencia el 29 de octubre. Con el Plan de Conciliación, con el Plan Valencia y, ahora, con el Plan de Vivienda. Lo estamos haciendo, efectivamente, con el Plan de Vivienda. Cada día, cada semana, cada mes haciendo propuestas, es la mejor respuesta a este Gobierno. 

Frente a su agenda del escándalo, nuestra agenda del cambio. Y yo lo único que pido es que no la bloqueen. Hemos hecho propuestas en materia de vivienda de enorme impacto: Licencia de obra nueva o reforma a los tres meses de haberla solicitado; silencio positivo, por tanto, otorgamiento de licencia, cuando pasados los tres meses no se conteste; suelo público para construir viviendas a precio tasado; de 10 a 4 años para levantar esas nuevas viviendas con precio tasado o regulado. Hemos pasado del 10% del Impuesto de Transmisiones de comunidades autónomas al 4% y pedimos, en consecuencia, que el Gobierno rebaje también el IVA del 10% al 4%. Y hemos presentado en el Senado una nueva Ley del Suelo. Y muchas más propuestas que pretenden algo básico: que los jóvenes en España no tengan que resignarse a vivir en un piso compartido y de alquiler. Parece lo mínimo. E insisto, yo ya no pido que todo esto lo apruebe el Gobierno. Pido que no lo bloquee. 

Esta semana se cumple un año desde que el Congreso recibió la Ley antiokupas aprobada en el Senado. Este texto cuenta con el aval de la mayoría de los partidos políticos en el Congreso, estoy convencido, y por eso el PSOE lleva un año bloqueándola. Acabamos de dirigirnos a la presidenta del Congreso porque ya basta de secuestrar la voluntad mayoritaria de la Cámara. La mayoría del Congreso quiere que en España se eche a los okupas de las casas que no son suyas en 24 horas, y el PSOE no tiene legitimidad para seguir bloqueando el Congreso de los Diputados. Que lo deje discutir. Que lo deje plantear. En definitiva, no quiero terminar sin referirme al tercer pilar que os comentaba. No solamente hacer oposición. No solamente hacer propuestas. También reconstruir todo lo que se ha destruido estos años. 

 España necesita reformas, afrontar retos que se han ignorado este tiempo y también, por supuesto, anular todo aquello que solo ha servido para ocasionar un enfrentamiento indiscriminado en la sociedad. Fijaos, es tanta la obsesión por levantar muros herméticos y estáticos que están paralizando y enfrentando nuestro país. El Gobierno está enfrentando a hombres contra mujeres. A empresarios contra trabajadores. A unas comunidades autónomas contra otras. A los jóvenes contra los mayores. A los propietarios contra inquilinos. A España con otros estados. Habrá que desandar mucho camino, y también lo haremos. No me andaré con muchos rodeos. Queridos amigos, sé que hay gente preguntándose si, llegado el momento, seré capaz de hacerlo. Y quiero responderles. Amigos, estoy empeñando mi palabra con lo que estoy diciendo. Y si fui elegido presidente autonómico cuatro veces consecutivas no fue por incumplirla a cambio de que me votasen en una investidura. Fue porque lo que digo lo hago. Para buscar pollo sin cabeza, sugiero mirar al Ejecutivo y al señor Sánchez esperando las órdenes de Puigdemont. 

 A mí, de momento, no me da órdenes nadie más que los afiliados y el programa electoral de mi partido, que ganó las elecciones generales. Y quiero añadir una cosa más. Agradezco todas y cada una de las opiniones que, de buena fe, aconsejan sobre cómo fulminar tanto despropósito como hay en España. Agradezco el interés por combatir a un PSOE sin futuro. Os aseguro que en cada elección que me presenté he combatido ese socialismo. Pero, evidentemente, de los que solo quieren nuestra rendición, os aseguro que yo no escucho nada. Los chantajes y las presiones que se los queden otros para su politiqueo de poca monta. 

 Amigos, somos un partido libre. Libre para decir que no cuando de lo que se trata es de salvar a Sánchez y libre para decir que sí cuando de lo que se trata es de dejar claro que estamos a favor de subir las pensiones a nuestros mayores. Lo hemos hecho siempre. El único que ha congelado las pensiones es el PSOE con el voto del diputado Sánchez. Somos libres. 

Hemos subido las pensiones siempre. El Pacto de Toledo, y en plena crisis, lo hemos hecho siempre. Por eso somos libres para solo debernos a los ciudadanos y a nuestros compromisos. Por eso somos el primer partido de España. Por eso somos el futuro de este país. Y no hay mejor termómetro de ello que la excitación de unos y otros en nuestra contra. Que ellos sigan por ahí. Nosotros a favor de España, a favor de los españoles. Sin miedo. Sin complejos. Y con toda seguridad. 

 Muchas gracias. Seguimos trabajando"