jueves, 16 de mayo de 2024

La Comisión Europea prevé que en 2024 España crezca un 2,1 pero también que nuestra tasa de paro será del 11,6 % mientras que la de la zona euro se situará en un 6,6%

 

El Departamento de Análisis Económico y Presupuestario del Congreso de los Diputados ha elaborado un sintético informo en el que se hace eco de que la Comisión Europea publicó ayer 15 de mayo su informe de Previsiones económicas de primavera de 2024, en el que se describe un contexto de expansión gradual en un contexto de elevados riesgos geopolíticos.

 

Señala la Comisión que tras un estancamiento económico generalizado en 2023, el crecimiento mejor de lo esperado registrado a principios de 2024 y la actual reducción de la inflación han sentado las bases para una expansión gradual de la actividad durante el período de previsión.

 

Según estas previsiones, el crecimiento del PIB en 2024 será del 1,0 % en la UE y del 0,8 % en la zona del euro. En 2025, se prevé que el crecimiento del PIB se acelere, hasta situarse en el 1,6 % en la UE y en el 1,4 % en la zona del euro.

 

La inflación IPCA disminuirá del 6,4 % en 2023 al 2,7 % en 2024 y al 2,2 % en 2025 en la UE. En la zona del euro, se prevé que baje del 5,4 % en 2023 al 2,5 % en 2024 y al 2,1 % en 2025.

 

En el caso de Españala previsión de crecimiento para 2024 se revisa al alza respecto al informe de otoño de 2023 (ver cuadro siguiente) pasando del 1,7% al 2,1%. Para 2025, el crecimiento quedaría en el 1,9%. 


Respecto de la tasa de paro la Comisión señala en su informe que España cerrará 2024 con un 11,6 % mientras que la zona euro lo hará al 6,6%. Lamentablemente nuestro país seguirá siendo el de mayor índice de desempleo de toda la UE.



Esta revisión para 2024 estaría provocada por la demanda interna, dada la resiliencia mostrada por el mercado de trabajo y la inversión apoyada en la implementación del Plan de Recuperación.


La inflación mantendría su senda descendente al moderarse los factores de presión sobre los precios. El déficit público seguirá reduciéndose gracias a los ingresos públicos y a la retirada de las medidas energéticas. La deuda pública respecto al PIB seguirá reduciéndose hasta quedar en el 104,8% en 2025.