lunes, 27 de febrero de 2023

La situación de la alta inflación: el enigma de las respuestas políticas adecuadas


Esta tarde abordamos en el Parlamento Europeo la situación de la alta inflación: el enigma de las respuestas políticas adecuadas

La guerra de Ucrania ha desencadenado una crisis energética en Europa. Aprovechando la presión inflacionista preexistente que empezó a acumularse en 2021 debido a la reapertura económica tras las medidas restrictivas COVID-19 y a las continuas perturbaciones de la cadena de suministro mundial, los precios de la energía se dispararon en 2022, lo que acabó alimentando presiones generalizadas sobre los precios. 

La zona del euro experimentó una inflación de dos dígitos por primera vez en la historia, con una tasa de inflación agregada global del índice armonizado de precios de consumo (IAPC) que alcanzó un máximo del 10,6% en octubre de 2022, antes de descender al 8,5% (estimación) en enero de 2023 debido a la disminución de las presiones sobre los precios de la energía. 

La inflación subyacente (excluidos los alimentos y la energía) se mantuvo en un nivel elevado (5,2%). Existen grandes divergencias entre los países de la zona del euro. Los países de la UE no pertenecientes a la zona del euro se han visto igualmente afectados por la inflación, si no más.

La inflación, que se prevé se mantenga alta durante un periodo prolongado, ha provocado una crisis del coste de la vida. Los hogares se han visto afectados por un doble impacto: i) la elevada inflación está provocando una caída significativa de los ingresos reales, y ii) el endurecimiento de la política monetaria aplicado para contener la inflación ha aumentado considerablemente los costes de los préstamos.

Los salarios reales en la zona del euro son hoy significativamente más bajos que antes de la pandemia, ya que los salarios nominales no han podido seguir el ritmo del rápido aumento de los precios al consumo. Los hogares con mayores ingresos podrían amortiguar parte del descenso de los salarios reales con los ahorros acumulados durante la pandemia. Sin embargo, los hogares con rentas más bajas están muy expuestos. 

La reciente reducción de los salarios reales inducida por la inflación se produce tras un largo periodo en el que el crecimiento de los salarios reales ha ido a la zaga del crecimiento de la productividad laboral. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) ha advertido de que, en ausencia de respuestas políticas adecuadas, una fuerte erosión de los ingresos reales podría amenazar la recuperación económica y posiblemente desembocar en disturbios sociales. 

Por un lado, los trabajadores y los sindicatos podrían considerar justificados grandes aumentos salariales para compensar la fuerte caída de los ingresos reales. Por otra parte, los responsables de la política económica advierten de la posibilidad de que se produzcan espirales de precios y salarios. Desde esta perspectiva, los objetivos de la política social y económica podrían ser divergentes.

Para hacer frente a la crisis del coste de la vida, las políticas monetaria y fiscal deben trabajar en tándem, desempeñando cada una su papel. Para evitar que la inflación se consolide y las expectativas de inflación se desanclen, los bancos centrales tienen que responder con determinación endureciendo la política monetaria, mientras que las políticas fiscales deben apoyar a los hogares y empresas más vulnerables durante la crisis.

El Consejo de Gobierno del BCE ha venido aplicando un ciclo acelerado de endurecimiento de la política monetaria, aumentando los tipos de interés oficiales en 300 puntos básicos entre julio de 2022 y febrero de 2023, y anunciando una operación de reducción del balance de 15 000 millones de euros al mes ("endurecimiento cuantitativo"). En consecuencia, los costes de los préstamos para los hogares y las empresas han aumentado notablemente.

En general, el actual episodio de alta inflación tiene importantes implicaciones para las finanzas públicas. Por lo general, se considera que una inflación elevada tiene un efecto positivo sobre la deuda pública a corto plazo, debido a la reducción del valor real de la deuda y de la ratio deuda pública/PIB. A largo plazo, sin embargo, se espera que el efecto del actual episodio inflacionista sea negativo debido a i) la magnitud y la naturaleza de la actual perturbación inflacionista, y ii) los efectos del endurecimiento de la política monetaria que se traducen en una mayor 

Desde el punto de vista fiscal, los Estados miembros de la UE han destinado unos 681 000 millones de euros a proteger a los consumidores del aumento del coste de la energía, con grandes diferencias entre países. El BCE ha pedido que las políticas fiscales sean temporales, selectivas y adaptadas: "temporales, para que no eleven demasiado la demanda a medio plazo; selectivas, para que la magnitud del impulso fiscal sea limitada y beneficie a quienes más lo necesitan; y adaptadas, para que no debiliten los incentivos para reducir la demanda de energía". Los datos disponibles muestran que una gran mayoría de las ayudas fiscales de los Estados miembros relacionadas con la crisis energética no han sido selectivas. 

Recientemente, la presidenta del BCE, Christine Lagarde, abogó por adaptar las políticas fiscales a la evolución de los precios de la energía, es decir, por reducir las medidas fiscales pertinentes una vez que la crisis energética sea menos aguda. El Eurogrupo ha acordado profundizar en la cooperación de cara al futuro sobre las decisiones relativas a las medidas contra la crisis energética. Tras la reunión del 13 de febrero de 2023, el Presidente del Eurogrupo, Paschal Donohoe, pidió "un nivel de apoyo presupuestario que refleje los cambios que esperamos que se produzcan en relación con el precio de la energía y el nivel general de inflación".

En general, el actual episodio de alta inflación tiene importantes implicaciones para las finanzas públicas. Por lo general, se considera que una inflación elevada tiene un efecto positivo sobre la deuda pública a corto plazo, debido a la reducción del valor real de la deuda y de la ratio deuda pública/PIB. A largo plazo, sin embargo, se espera que el efecto del actual episodio inflacionista sea negativo.

En otra mesa se abordó la progresiva disminución de los medios de pago en efectivo y el avance de los pagos por medios digitales.

Intervine y dije: “ En el Congreso de los Diputados de España, el tema de los medios de pago, es un tema que está muy presente porque llega a las preocupaciones de los ciudadanos. Todavía la digitalización, que está siendo también imparable nuestro país, no ha alcanzado los niveles, por ejemplo, de Suecia como ponía de manifiesto el presidente del Banco CentralEn 2022 sí se observan importantes cambios en la forma en la que los españoles pues realizan sus compras y las pagan, pero sigue siendo el efectivo el medio de pago más utilizado en establecimientos físicosEn concreto, el porcentaje de compras que se realiza con efectivo todavía están el 66%. Es cierto que en el 2019 era del 83 % por lo tantono estamos en esos niveles de Suecia del 8 %

¿Qué quiero decir con esto?que la evolución va a ser imparableque estos porcentajes de pago en efectivo se van a ir reduciendo, pero que tenemos que pensar en los ciudadanos a los que representamos que todavía quieren usar el efectivo para pagar sus transacciones comerciales. El fenómeno de la exclusión financiera, del alejamiento de las entidades financieras en el medio rural, en las ciudades también, las dificultades que tienen las personas mayores,especialmente no digitalizadas, es importante. Por lo tantotenemos que hacer un equilibrio entre la imparable evolución de la digitalización y también el defender los intereses generales de los ciudadanos. 

Por otra parte el euro digital que ha sido mencionado aquí, es un tema que también tiene, que en España estamos decididos apoyar ese proyecto. Recientemente los bancos centrales se han reunido en Finlandia y sabemos que se han producido importantes avances de cara al euro digitalpero entendido el euro digital como un complemento del efectivo, no un sustituto del efectivocomo una forma más de pagar en eurosen nuestra moneda única.  Y por otra parteun dinero con respaldo del banco central sin riesgos…”