martes, 5 de mayo de 2015

Luis de Guindos: "Enfilamos a saída da crise e, polo tanto, o fundamental será manter o rumbo emprendido"

Asisto esta mañá na miña condición de vogal da Comisión de Economía e Competitividade á Comparecencia do ministro de Economía e Competitividade, Luis de Guindos Jurado, a petición propia, para explicar a situación da economía española.

De Guindos comezou recordando a súa intervención que o ano 2012 nos encontrabamos ao bordo da quebra, cunha forte recesión e unha intensa destrución de emprego. E constatou que grazas ás reformas e ao avance na corrección dos desequilibrios, hoxe lideramos o crecemento, un novo escenario que se constata ao analizar a conxuntura e perspectivas económicas para España.



Destacou da súa intervención estas mensaxes:


 El impulso y vigor de nuestra recuperación se intensifica y, con ello, se amplía el crecimiento diferencial respecto a la zona euro. Afianzamos nuestro perfil ascendente, de hecho el PIB encadena ya siete trimestres de crecimiento económico ininterrumpido y en aceleración. Así lo confirma el avance del PIB trimestral que publicó el INE el jueves pasado. Nuestra economía creció el primer trimestre de este año un 0,9% respecto al trimestre anterior. Se trata de un dato positivo que ha superado las estimaciones de diferentes analistas. Si lo proyectamos en términos anualizados -tal y como es habitual en otros países- el resultado es una tasa de crecimiento superior al 3,5% del PIB; si me lo permiten, algo impensable hace apenas tres años.

Pero lo importante es que este crecimiento viene acompañado de un fuerte ritmo de creación de empleo. Así lo han confirmado los datos de afiliaciones y de paro registrados conocidos esta mañana. Se unen, además, a los buenos datos de la encuesta de población activa del primer trimestre, que muestran la recuperación progresiva de nuestro mercado laboral. Los datos de afiliaciones y paro de esta mañana son los mejores registrados en un mes de abril de toda la serie histórica. Estamos ante el mayor descenso de parados en un mes de abril, casi 120.000 personas. En los últimos doce meses el número de parados se ha caído en más de 350.000, lo que supone la mayor disminución interanual en la historia, con un ritmo de caída del 7,5%. Ya hay en España casi 90.000 parados menos que en diciembre de 2011.

La subida de afiliación también fue la mayor de un mes de abril, más de 175.000 personas. Durante el último año la afiliación ha aumentado en casi 580.000 personas. España crea empleo a un ritmo del 3,5%, según estos datos. Ya hay de nuevo 17 millones de ocupados y estoy convencido de que en muy pocos meses se superará el nivel de afiliación de diciembre de 2011.

 Por su parte, la EPA del primer trimestre nos muestra que en el último año se han creado más de medio millón de empleos, el mayor incremento interanual en un primer trimestre desde el año 2007. Además, la mayor parte de los nuevos empleos asalariados son indefinidos, que crecen a un ritmo superior al 2,7% interanual.

Hemos proyectado una intensificación del crecimiento de la economía que alcanzará el 2,9% este año, una tasa no vista desde el año 2007. Este ritmo se mantendrá en 2016, mientras que para los años 2017 y 2018 la previsión es del 3%. Las proyecciones de crecimiento son realistas y están basadas en hipótesis conservadoras; todas ellas, en línea con las de los principales organismos internacionales. Son unas proyecciones prudentes; de hecho, según todos los datos conocidos hasta la fecha, no parece aventurado descartar que pueda superarse el 2,9% previsto para este año 2015.

Un rasgo clave del escenario para estos años es el patrón de crecimiento equilibrado que presenta la economía española. Es decir, tanto la demanda interna como el sector exterior van a jugar un papel esencial en su contribución al crecimiento de la economía. En lo que se refiere a la demanda interna, prolongará su dinamismo durante los próximos cuatro años con un comportamiento positivo tanto del consumo privado como de la inversión productiva. Una serie de factores contribuyen a la fortaleza de la demanda interna. Por un lado, la recuperación de la confianza que, como ya he mencionado, está en máximos históricos de antes de la crisis. Por otro, la mejora en la financiación de empresas y familias; la recuperación de los flujos de créditos nuevos es un hecho y el crédito de pymes y familias lleva más de un año en terreno positivo. En tercer lugar, la reforma fiscal que está elevando la renta disponible de las familias. Finalmente, en cuarto lugar, la recuperación del sector de la construcción, que vuelve a contribuir de nuevo al crecimiento y al empleo. Se trata de un elemento positivo tras el duro ajuste del sector en los últimos años. Así, la inversión en construcción vuelve a tasas positivas, pero partiendo, señorías, desde niveles muy reducidos tras siete años de caídas continuas. El empleo en la construcción se vuelve a recuperar tras haber caído aproximadamente un 60% durante la crisis.

Otro elemento muy destacable para los próximos años es que el crecimiento será muy intensivo en empleo. Esto resulta algo fundamental pues no cabe duda que la recuperación del empleo es la tarea más importante que hemos tenido y tenemos por delante tras los efectos nefastos de la crisis y de una regulación laboral inadecuada. Sin embargo, gracias a la reforma laboral estamos logrando recuperar el mercado de trabajo. Así, según nuestras previsiones, a finales del año 2015 superaremos los niveles de empleo que teníamos al inicio de la legislatura en unas 17.000 personas en términos de EPA. El paro habrá bajado en 419.000 personas respecto del nivel existente en el cuatro trimestre de 2011. Esto va a permitir que la tasa de paro se sitúe a finales de 2015 en un 21,1%, es decir, 1,5 puntos porcentuales por debajo del cierre del anterior legislatura.

Señorías, es la corrección de los desequilibrios acumulados lo que sin duda nos ha permitido llegar hasta aquí y lo que va a posibilitar un crecimiento sostenible y duradero en los próximos años; una corrección en la que se ha avanzado mucho, pero que vamos a seguir impulsando en el futuro. A ello va a ayudar sin duda el crecimiento nominal de entre un 4 y 4,5% anual que se dará en nuestra economía en los próximos cuatro años. 

En primer lugar, vamos a seguir reforzando la sostenibilidad de las cuentas públicas. Sin duda el saneamiento emprendido ha sido un factor clave para la recuperación de la confianza. En tan solo tres años hemos logrado reducir el déficit público a prácticamente la mitad, alcanzando los objetivos de déficit en coyunturas muy desfavorables. Este año volveremos a cumplir con el déficit, del 4,2% del PIB y en el año 2016 lo situaremos por debajo de la barrera del 3%. A ello contribuirá tanto el control del gasto público como el dinamismo de los ingresos. A su vez, este esfuerzo de reducción del déficit nos permitirá una estabilización de la ratio de deuda pública PIB en 2015 claramente por debajo del cien por cien del PIB, y a partir de 2016 comenzará su paulatina reducción. 

El desendeudamiento del sector público será fundamental para continuar el proceso de desapalancamiento de la economía, donde el sector privado ha logrado ya avances notables. Así, empresas y hogares han conseguido reducir sus niveles de deuda desde el segundo trimestre de 2010 en más de 425.000 millones de euros, convergiendo hacia la media de la zona euro. En tercer lugar, la importante corrección del desequilibrio externo; así, incluyendo este año llevamos ya tres años de superavit por cuenta corriente y cuatro años de capacidad de financiación respecto del resto del mundo. Esperamos que esta tendencia se mantenga en los próximos tres años. 

Este, señorías, es, si me permiten, el cambio fundamental que se ha producido en la economía española, la diferencia más importante en el comportamiento de la economía no es la recuperación de la demanda doméstica ni la estabilización de la construcción, es el saldo positivo del sector exterior. Esto es lo que nos va a permitir seguir avanzando en la reducción del endeudamiento neto exterior, una de nuestras principales vulnerabilidades. Gracias a ello nuestra posición de inversión internacional neta, que aproxima lo que es nuestro endeudamiento externo, mejorará entre finales de 2014 y 2018 en unos 75.000 millones de euros.

En cuarto lugar, un crecimiento sin presiones inflacionistas, lo que redundará en nuestra competitividad y en el poder adquisitivo de las familias. Las previsiones apuntan a que la inflación podría ser en promedio en este año ligeramente negativa como consecuencia de la evolución del componente energético. No obstante resulta evidente que no hay riesgo de deflación; iremos viendo cómo a finales de año la inflación vuelve a territorio positivo.

En definitiva, señorías, España hace tres años sufría una crisis mucho más intensa que la de nuestros socios, teníamos una caída muy superior del PIB y destruíamos mucho más empleo que el resto de la zona euro. Hoy tenemos un crecimiento diferencial respecto a los principales países de la zona euro y nuestro mercado de trabajo se recupera; y lo que es más importante: hemos sentado las bases de un crecimiento sostenible y equilibrado para que este buen comportamiento de nuestra economía se prolongue en los próximos años. Por todo ello hoy es más necesario que nunca mantener el rumbo para que la recuperación siga afianzándose y para que podamos dejar atrás la crisis de una vez por todas. 

Señorías, como ya he mencionado, la reforma ha sido clave para revertir el rumbo y situar de nuevo a la economía española en una senda de crecimiento. Son las reformas las que han sido determinantes para este crecimiento diferencial que ahora disfruta España frente a otros países, lo que nos ha llevado a recuperar la confianza de los mercados internacionales y la competitividad. No solo nos está permitiendo fortalecer nuestra economía, sino también aprovechar mejor los vientos de cola procedentes de los factores puntuales que, como he mencionado, contribuyen al crecimiento de Europa.

Este ha sido el Gobierno más reformista de la historia reciente de nuestro país. La ambición de nuestra agenda de reformas es reconocida y tomada como referente de forma generalizada tanto por analistas como por organismos internacionales. Hemos realizado una reforma laboral que está detrás del dinamismo del mercado de trabajo. Hemos acometido una reforma financiera que ha saneado, recapitalizado y reestructurado nuestras entidades y que ha logrado que hoy estén en condiciones de contribuir a la recuperación económica.

 Asimismo hemos tomado importantes medidas en materia de gobierno corporativo y de transparencia para nuestras entidades. Hemos limitado los salarios y las indemnizaciones de los banqueros; y hemos profesionalizado los órganos de gestión de las cajas, entre otras medidas. Hemos aprobado normas que profundizan en la liberalización de los mercados de bienes y servicios, como la Ley de unidad de mercado, la reforma de alquileres o la apertura de horarios comerciales, sin olvidar además la reforma energética. Y una reforma que ha sido fundamental para continuar el proceso de desapalancamiento sin lastrar el crecimiento ha sido las mejoras emprendidas en el régimen de insolvencia tanto en materia de refinanciaciones como en el ámbito concursal y preconcursal.

Estas medidas no solo se han orientado a asegurar la supervivencia de empresas viables, sino que hemos dado un paso más al establecer por primera vez un régimen de insolvencia personal con la norma de segunda oportunidad. Como saben, señorías, el Gobierno está abierto a perfeccionar esta norma, que consideramos fundamental para fortalecer la actividad emprendedora. 

 Esta iniciativa se une a todas las medidas que ha tomado el Gobierno a lo largo de esta legislatura en materia de protección de los deudores hipotecarios y que han dado una solución a más de 34.000 familias.

 Cuando llegamos al Gobierno estábamos al borde del colapso, inmersos en una situación sumamente compleja donde cualquier paso en falso hubiera supuesto el peor escenario para España: su rescate total e intervención por parte de las instituciones comunitarias. No solo conseguimos evitar el rescate, sino que le hemos dado la vuelta a la situación. 

Ninguno de ustedes, señorías, me hubiera creído si en mi primera comparecencia en esta Cámara les hubiera dicho que en el año 2015 España crecería a un ritmo del 3% con una creación de empleo de al menos 600.000 puestos de trabajo.

 Este es el cambio fundamental que se ha producido en nuestro país en apenas tres años y medio. Por supuesto, aún no es suficiente, nos queda muchísimo por hacer. Hace dos años que hemos salido de la recesión, pero no superaremos la crisis hasta no alcanzar los niveles de renta y empleo perdidos. No obstante, los resultados obtenidos hasta ahora muestran que el camino emprendido es el correcto. Si seguimos por él, podremos recuperar los niveles de renta el año próximo y los de empleo no mucho después.

Enfilamos la salida de la crisis y, por tanto, lo fundamental será mantener el rumbo emprendido."


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