jueves, 11 de marzo de 2010

Sobre la internacionalización de la empresa española







Hoy por la mañana y en nombre de mi Grupo como ponente, intervine en la tribuna del Pleno del Congreso en el debate de totalidad del Proyecto de Ley de reforma del Sistema de Apoyo Financiero a la Internacionalización de la Empresa Española.

Comencé mi intervención exponiendo que la economía española ha venido perdiendo competitividad exterior a lo largo de los últimos años, en términos de inflación acumulada, de incremento continuado de los costes laborales por encima de sus principales países competidores, de rigideces estructurales y por último de escaso avance de la productividad.

Denuncié que la Política comercial socialista ha sido la hermana pobre de las políticas socialistas y que pese a que el Ministerio de Industria, Turismo y Comercio no ha parado de repetir que la internacionalización debía ser uno de los pilares del nuevo modelo de crecimiento, luego no ha dejado de reducir las partidas presupuestarias dedicadas a la promoción de la internacionalización.


Y también que el Marco Institucional de Apoyo a la Internacionalización, no ha sido eficaz, no ha contado como se debiera con una participación más activa de las empresas, en la elaboración y diseño de los Programas.

Dije que había que rectificar y entre otras ideas expuse que las empresas, sectores o economías que abren sus puertas a la internacionalización de actividades, mejoran su eficiencia, la competitividad de sus productos y desarrollan ventajas competitivas que atraen nuevos recursos.

Y que dado el actual grado de apertura de la economía española, la internacionalización debe ser una prioridad de la política económica, porque sólo así se traducirá en mejoras permanentes y sostenibles de crecimiento económico y competitividad y, por ende, de creación de empleo y bienestar

Manifesté que desde el GPP pretendemos un Fondo FIEM, bien dotado presupuestariamente que promueva las operaciones de exportación de las empresas españolas, así como las de inversión española directa en el exterior.

Nuestra posición fue la de votar en contra de la enmienda de devolución del proyecto para que así continúe su tramitación en el Congreso y sean tenidas en cuenta nuestras fundadas enmiendas.



La tramitación de la nueva norma contó con el apoyo de 328 diputados, mientras que seis diputados apoyaron las enmiendas de devolución y dos se abstuvieron.







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(Desde el minuto 1:06:49 al 1:16:47)