jueves, 17 de noviembre de 2022

La Comisión Europea prevé que España crezca un 4,5% este año, pero frena al 1% el PIB de 2023

 

El pasado 11 de noviembre la Comisión Europea publicó sus Previsiones Económicas de otoño de 2022 en la  que avanza los principales resultados para la economía de la UE y el área euro y para la economía española.

1. PREVISIONES PARA LA UE Y EL ÁREA EURO

La Comisión describe un escenario de punto de inflexión de la economía de la UE hacia una contracción significativa prevista a finales de año, a pesar de que el crecimiento de 2022 será mejor que el previsto anteriormente. En 2022, el crecimiento de la UE quedaría en el 3,3% (3,2% en el área euro). En un contexto de fuerte incertidumbre, presiones inflacionistas, pérdida de poder adquisitivo de los hogares y condiciones de financiación más restrictivas, la Comisión prevé que la mayoría de los Estados miembros (EEMM) entren en recesión en el último trimestre de 2022 y en el primero de 2023, para volver al crecimiento en primavera, a medida que la inflación vaya reduciéndose. Esta recuperación sería en todo caso moderada, previendo la Comisión una tasa del 0,3% para 2023 para la UE y para la zona Euro19. Para 2024, la Comisión prevé un crecimiento del 1,6% en la UE y del 1,5% en el área euro.

2. PREVISIONES DE LA COMISIÓN PARA ESPAÑA

Para España, la Comisión prevé, como para la mayoría de EEMM, una desaceleración en la segunda mitad de 2022. Constata que el crecimiento del segundo trimestre de 2022 experimentó un repunte, gracias a la recuperación del turismo, y una marcada desaceleración en el tercero que prevé que se intensifique en el cuarto trimestre. Esta desaceleración se debe al deterioro de las expectativas globales y de la confianza de los agentes, así como a las presiones en los precios, que impactan en la demanda. Aun así, la Comisión espera que el buen comportamiento del turismo, las medidas para mitigar el impacto de los altos precios energéticos y la resistencia del mercado laboral ayuden a la economía española a afrontar las dinámicas adversas derivadas de este contexto de incertidumbre geopolítica, y sitúa la previsión de crecimiento para 2022 en el 4,5%. Esto supone una revisión al alza de 0,5 puntos respecto a las previsiones de primavera 2022 para este año. En 2023, la Comisión prevé un crecimiento reducido en la primera mitad del año y algo más vigoroso en el segundo semestre, cuando las presiones sobre los precios se suavicen parcialmente, se anime el consumo privado y el turismo continúe normalizándose. Junto a ello, la Comisión espera que la implementación de las reformas e inversiones del Plan de Recuperación y Resiliencia contribuyan al dinamismo de la demanda agregada.

Así, teniendo en cuenta el efecto inercial de la desaceleración de finales de 2022 en los primeros trimestres del año, la Comisión prevé que el crecimiento de la economía española para 2023 alcance el 1,0% (frente al 3,4% que preveía la Comisión en primavera) y pronostica que la recuperación será más robusta en 2024 (2,0%) gracias a la mayor contribución de la inversión. En cuanto al mercado de trabajo, la Comisión prevé que la tasa de paro permanezca estable en el 12,7% en 2022 y 2023, para reducirse marginalmente en 2024 (12,6%). Los salarios se incrementarán este año y en 2023, aunque en menor medida que los precios, por lo que el poder adquisitivo de los hogares seguirá reduciéndose. Esta situación puede revertir en 2024, según la Comisión. La inflación anual prevista al final de 2022 se situará en el 8,5% y se reducirá hasta el 4,8% en 2023, ayudada por las medidas fiscales para mitigar el aumento de los precios de la energía. En 2024, la inflación seguirá reduciéndose hasta el 2,3%. Aun así, la Comisión advierte de que los efectos de segunda ronda mantendrán la inflación subyacente en tasas elevadas (5,1% en 2022 y 4,4% en 2023), con un riesgo al alza si se acelerara la traslación de los precios a los salarios. Señala la Comisión que los ingresos tributarios mantienen un fuerte crecimiento que permite reducir el déficit a pesar del impacto de las medidas tributarias y de gasto público para paliar el efecto de los precios de la energía en los sectores económicos y sociales más golpeados por la crisis. Constata que las principales figuras tributarias crecerán en 2022 por encima de los dos dígitos, impulsadas principalmente por la buena dinámica del mercado laboral y la inflación. Además, la retirada de las medidas contra la pandemia y sus efectos contribuirán también a reducir el déficit público desde el 6,9% de 2021 al 4,6% previsto por la Comisión para 2022. En 2023, la Comisión prevé que el déficit siga reduciéndose hasta el 4,3% del PIB. Los ingresos crecerán menos que en 2022, pero se mantendrán unos 4 puntos de PIB por encima de los niveles de 2019, a pesar de que el PIB prepandemia no está previsto que se alcance antes de 2024. Algunos factores estructurales, como las políticas de sostenimiento de las rentas y el aumento de los pagos electrónicos, que dificultan la evasión fiscal, contribuirán a este aumento de la recaudación. Por el lado del gasto, la retirada de algunas medidas energéticas también contribuirá a reducir el déficit, si bien la Comisión estima que la vinculación de las pensiones a la inflación supondrá un gasto equivalente al 1,4% del PIB en el presupuesto de 2023. En 2024, el déficit público se situará en el 3,6% del PIB, favorecido por un mayor crecimiento. La deuda pública se reducirá gradualmente hasta el 112,1% del PIB en ese año, gracias al crecimiento nominal del PIB.