lunes, 13 de diciembre de 2021

“La alta velocidad cumple diez años: revolución con sombras”, un artículo de La Región

 


Publica hoy el diario “La Región” una información del periodista Pablo Galán titulada “La alta velocidad cumple diez años: revolución con sombras”.

Dice así:

"El récord de usuarios por los tiempos reducidos choca con precios elevados y el golpe al rural

Aunque será por primera vez el martes de la próxima semana cuando parta de Ourense un tren puramente AVE con viajeros a bordo, la ciudad de As Burgas se subió al ferrocarril de alta velocidad ya hace una década.

 Este pasado 11 de diciembre se cumplía el décimo aniversario de la puesta en marcha de la línea entre Santiago y A Coruña, que ponía a Galicia en el mapa de la modernización ferroviaria y que, 10 años después, deja un balance de muchas luces, pero también algunas sombras.

La alta velocidad cumple diez años: revolución con sombras

 La revolución que supuso esta infraestructura, cuyo coste era cifrado en 2011 por el Gobierno central de entonces en 3.300 millones de euros, es innegable. El servicio Avant, operado con trenes de la flota de última generación S-121, recortó la duración de los viajes a tiempos poco antes inimaginables, como sucederá desde el 21 de diciembre cuando Madrid se quede a dos horas y cuarto de la estación de A Ponte. Así, de algo más de hora y media que llevaba recorrer el trayecto Ourense-Santiago, se logró una reducción del 60% hasta los 38 minutos, mientras que A Coruña quedaba a apenas una hora y ocho minutos del barrio de A Ponte, cuando antes de esta línea el tiempo se elevaba hasta las dos horas y cuarto.

La mejora en la competitividad (es mucho más rápido que cualquier otro medio de transporte) tuvo un claro reflejo en la ocupación, ya que el número de viajeros fue creciendo paulatinamente en este corredor desde los 269.700 de 2012 a los 747.000 de 2019, una evolución solo frenada por la pandemia. Renfe cifró en casi cinco millones de usuarios los que han utilizado la alta velocidad gallega desde 2011.

Pese a las claras mejoras, hay también una larga lista de sombras. Entre ellas, destaca especialmente lo sucedido el 24 de julio de 2013, cuando se produjo el accidente de un Alvia que descarriló en Angrois, a cuatro kilómetros de Santiago. Hubo 80 fallecidos y 144 heridos y lo sucedido puso sobre la mesa si la línea se había puesto en marcha con todos los sistemas de seguridad, revisando a partir de ahí Renfe y Adif todos sus protocolos.

Otro aspecto que ha generado controversia es el precio del billete Avant, que no ha dejado de crecer hasta situarse este año en 17,7 euros el tique sencillo entre Ourense y Santiago. El agravio es todavía mayor después de que el Gobierno central (en aquel momento del PP) sí accediese a reducir el coste para el usuario únicamente en el trayecto entre la capital gallega y A Coruña, obviando el Ourense-Santiago. Los ourensanos pagan además seis céntimos más por kilómetro que aquellos usuarios de trenes en la franja atlántica, una línea también concebida para la alta velocidad.

Asimismo, los horarios y frecuencias diarias tampoco convencen. Si en 2011 la línea se inauguraba con un servicio desde Ourense a las 7,00 horas, que permitió estar en Santiago antes de las ocho de la mañana para estudiar o trabajar, desde hace más de un año Renfe ha suprimido ese tren madrugador (el primero sale a las 7,55) y ni siquiera los nuevos horarios a partir del AVE lo recuperan, algo que sí sucede en sentido opuesto.

 El hito de la alta velocidad también supuso un golpe al tren convencional, con la comarca de Carballiño sufriendo periódicamente recortes en los servicios que allí se prestaban y que en la actualidad han quedado reducidos a la mínima expresión. Eso se nota también en la relación con Vigo, que al quedar aislada por ahora de conexión directa de alta velocidad está más cerca en autobús y coche que en tren.

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