Sabemos así que experimentó un aumento extraordinario a consecuencia de la crisis sanitaria provocada por el COVID-19.
La deuda pública
se incrementó 24,4 puntos porcentuales (pp), hasta el 119,9% del PIB, debido
tanto al aumento del déficit público (por el impacto de los estabilizadores
automáticos y de las medidas discrecionales tomadas para combatir la crisis
sanitaria) como al descenso del PIB (denominador de la ratio).
La vida media de la deuda se mantuvo estable
en torno a los siete años y medio, con un peso de los valores del 86,7% de la
deuda total y un incremento de la participación de las tenencias de los
sectores residentes de 5 pp (hasta alcanzar el 56,1%).
Por subsectores, la
Administración Central siguió siendo el más endeudado, con una ratio de deuda
del 107,6% del PIB. El conjunto de las Comunidades Autónomas aumentaron su
ratio de deuda en 3,4 puntos porcentuales hasta el 27,1 % del PIB.
Por CCAA se observa una tendencia homogénea de empeoramiento de la deuda. En términos de su nivel, la ratio se situó entre el 15,1% (Canarias) y el 48,6% (Comunidad Valenciana) del PIB regional.
Por su parte, las CCLL aumentaron su ratio de deuda en 2020
en 0,1 pp del PIB, hasta situarla en el 2% del PIB, si bien en términos
nominales su endeudamiento continuó reduciéndose.
Las ratios de los principales países del área crecieron hasta el 69,8% (10,1 puntos porcentuales), 115,7% (18,1 puntos porcentuales) y 155,8%(21,2 puntos porcentuales) en Alemania, Francia e Italia, respectivamente. En el caso del área del euro, la ratio creció 14,1 puntos porcentuales en 2020.