jueves, 3 de septiembre de 2020

Debatiendo en la Comisión sobre el instrumento europeo SURE y el informe anual de la Autoridad Macroprudencial Consejo de Estabilidad Financiera


La vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño, compareció hoy, jueves 3 de septiembre, ante la Comisión de Asuntos Económicos y Transformación Digital para informar sobre el instrumento europeo SURE y el informe anual de la Autoridad Macroprudencial Consejo de Estabilidad Financiera.

La convocatoria de la Comisión, comenzó a las 16:00 horas, se produce a solicitud del Gobierno. 

Explicó Calviño que el nuevo mecanismo europeo de reaseguro de desempleo --conocido por sus siglas en inglés como SURE-- es una de las tres redes de seguridad acordadas por el Eurogrupo para movilizar créditos que ayuden a proteger a los trabajadores, las empresas y los países frente a la crisis del coronavirus. Dotado con un importe total de 100.000 millones de euros, concederá préstamos en condiciones favorables para cubrir costes directamente relacionados con la creación o la ampliación de los sistemas nacionales de reducción del tiempo de trabajo y otras medidas similares. Sus principales características son que se financiará mediante la emisión conjunta por parte de la Comisión Europea de deuda, respaldada por garantías de los estados miembros, a modo de un gasto contracíclico centrado en la protección del empleo. De esta manera, cualquier estado miembro podrá proteger a sus trabajadores en igualdad de condiciones ante una crisis. Será una financiación a largo plazo, lo que permitirá repartir el coste fiscal de estas medidas de protección del empleo a lo largo de varios años. Y no estará sujeto a condicionalidad ni supervisión adicional.  

Dijo que “Este respaldo expreso y convencido al SURE, además del ahorro de gastos financieros, hizo que España fuera de los primeros estados miembros en autorizar, ya el pasado 26 de mayo por acuerdo del Consejo de Ministros, el otorgamiento de los avales necesarios para participar en este mecanismo. Y, sobre la base del gasto previsto hasta finales de septiembre, el pasado 3 de agosto, España remitió a la Comisión Europea su petición formal para participar en el programa con el objetivo de financiar las prestaciones de desempleo vinculadas con los ERTEs Covid, las contribuciones extraordinarias de la Seguridad Social para los ERTEs, las prestaciones extraordinarias por cese de actividad para los autónomos, los pagos por bajas por enfermedad relacionadas con el Covid-19, las ayudas a trabajadores fijos-discontinuos que no han podido volver a su trabajo en la fecha prevista por culpa de la pandemia y que no cumplen los requisitos para cobrar una prestación por desempleo, lo que es particularmente relevante para los trabajadores del sector turístico; y las medidas de mantenimiento del empleo en el sector turístico. 8 

El pasado 24 de agosto la Comisión adoptó las propuestas de implementación del SURE para 16 estados miembros, entre ellos España, al que propuso asignar 21.325 millones de euros. Una cantidad que está totalmente en línea con la solicitada por el Gobierno y que nos convierte en el segundo país que más fondos recibirá del SURE, sólo por detrás de Italia. En cualquier caso, esta propuesta de la Comisión Europea debe ser ahora debatida, modificada en su caso y adoptada por el Consejo, lo que esperamos que suceda en el curso del mes de septiembre. Posteriormente, cada estado miembro deberá firmar un acuerdo de préstamo bilateral con la Comisión y, una vez los servicios jurídicos españoles hayan verificado que se han cumplido todos los procedimientos nacionales, se podrá solicitar formalmente el desembolso de los recursos, confirmando expresamente que se está de conforme con los vencimientos propuestos. 

Los créditos se irán desembolsando en varios tramos, esperamos que el primero de ellos pueda recibirse ya este año, quedando el resto para 2021.”

Tras repasar la situación correspondiente al SURE, pasó a continuación al otro tema previsto en el orden del día de su comparecencia, con el objetivo de dar cuenta de la actividad de la Autoridad Macroprudencial Consejo de Estabilidad Financiera (AMCESFI), tal y como está previsto en el Real Decreto 102/2019, de creación de este organismo.

Dijo que “Aunque el objetivo de esta comparecencia es explicar el Informe Anual de 2019, dadas las fechas 11 en las que ya nos encontramos y que el año 2020 ha estado marcado por profundos cambios económicos y financieros, en mi intervención abarcaré también los desarrollos acontecidos a lo largo de los últimos ocho meses. 

Como todos ustedes saben, la creación de una Autoridad Macroprudencial fue uno de los primeros compromisos asumidos por el Gobierno en 2018. Aquéllos de ustedes que estaban aquí lo recordarán, era un tema que estaba pendiente desde la crisis financiera que se inició en 2008 y que era imprescindible para contar con una visión panorámica y capacidad de acción rápida para tratar de evitar la acumulación de riesgos sistémicos. 

Fruto de esa conciencia nació, en marzo de 2019, la Autoridad Macroprudencial Consejo de Estabilidad Financiera, integrada por el Banco de España, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) y la Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones, que, gracias a su participación en este organismo, se benefician de una visión de conjunto del sistema, fundamental para poder identificar, prevenir y mitigar los riesgos de naturaleza macrofinanciera. 


La AMCESFI nació con el reto de velar por la estabilidad de un sistema financiero complejo e interconectado y de prevenir riesgos sistémicos que, potencialmente, pudieran tener efectos negativos sobre la economía real. Sus acciones se dirigen en dos direcciones: por una parte, hacer un seguimiento y análisis de aquellos factores que puedan afectar al riesgo sistémico y, por otra parte, emitir opiniones, alertas y recomendaciones, si lo estima oportuno a la luz de su análisis previo, para promover la utilización de las herramientas macroprudenciales que tienen asignados los supervisores sectoriales. Además, estos supervisores deben comunicar a la AMCESFI su intención de adoptar dichas herramientas, y también es el organismo encargado de la coordinación con las autoridades macroprudenciales de otros países europeos y con la Junta Europea de Riesgo Sistémico."

Luego hizo "tres apuntes sobre el análisis de la Autoridad Macroprudencial durante 2020. Con respecto a las principales conclusiones en los mercados financieros, es de destacar que la pandemia provocó una gran volatilidad, con caídas históricas y una profunda y sincronizada recesión, a nivel global, que obligó a desplegar medidas sin precedentes en todos los ámbitos, tanto por las autoridades nacionales como por las supranacionales. Esta rápida actuación de las autoridades públicas ha permitido que la volatilidad de los mercados financieros se haya reducido hasta niveles habituales y que los valores bursátiles hayan recuperado una parte de las pérdidas experimentadas. Por otra parte, la incertidumbre provocada por la crisis sanitaria y económica provocó inicialmente una significativa subida de las rentabilidades periféricas y de las correspondientes primas de riesgo, si bien la decidida intervención del Banco Central Europeo (BCE), la respuesta a nivel europeo, los sucesivos mecanismos que se han ido poniendo en marcha, y la acción de los países a escala nacional han facilitado que se recuperen los niveles precrisis. 

Con respecto a la deuda privada, ha aumentado en mayor magnitud que la pública. Es decir, que las medidas adoptadas, tanto a nivel nacional como comunitario, han permitido mejorar la situación de los mercados y del sector financiero, como prueba el indicador de estrés de los mercados financieros españoles que elabora la CNMV, y que se ha reducido en los últimos meses, aunque aún continúa en niveles elevados. Y es que, aunque el sesgo acomodaticio de la política monetaria –tanto del BCE como de la Reserva Federal (FED)— ha permitido una reducción de las rentabilidades soberanas, una reducción de los tipos de interés, el riesgo de mercado de los activos de deuda sigue estando en niveles elevados, especialmente para la deuda corporativa de mayor riesgo y para la deuda subordinada. 

En el caso de los mercados de renta variable, la paralización de buena parte de la actividad económica en un contexto de alta incertidumbre dio lugar a fuertes caídas 14 de las cotizaciones y a repuntes en los niveles de volatilidad hasta máximos superiores a otros períodos de crisis. Ante los riesgos de esta situación, varias autoridades de valores europeas --entre ellas, la española-- decidieron establecer limitaciones a la operativa en corto. En el caso español, la Comisión Nacional del Mercado de Valores prohibió la creación o el incremento de posiciones cortas netas sobre la totalidad de los valores de renta variable desde mediados de marzo hasta el 18 de mayo. 

En segundo lugar, pasando a los bancos, el sistema bancario español está pudiendo desempeñar un papel activo importante en la respuesta a la crisis del Covid-19 gracias a contar con unos niveles de solvencia mayores que en la crisis anterior. Y es que, desde 2008, la calidad de los balances ha ido mejorando progresivamente: la morosidad de los préstamos al sector privado no residente ha pasado de un máximo del 13,8% a finales de 2013 a un 4,8% a finales de 2019, y la solvencia ha mejorado, como expresa el aumento de 1,5 puntos porcentuales de la ratio de capital de mayor calidad (CET1) entre 2015 y 2019. Es decir, que la regulación y la supervisión financieras que hemos puesto en pie desde la anterior crisis ha servido para reforzar la solidez de los balances bancarios. Y, desde que estalló la pandemia, también se han puesto en marcha en Europa medidas para ayudar a los bancos a superar del mejor modo posible el impacto del Covid-19, favoreciendo por ejemplo un cálculo adecuado del deterioro por riesgo de crédito para que puedan hacer uso de los colchones de capital disponibles para absorber pérdidas inesperadas. Además, la recomendación a las entidades de suspender temporalmente el reparto de dividendos y de aplicar criterios prudentes en la retribución variable a los empleados también ayuda a canalizar los recursos generados hacia el refuerzo de sus posiciones de capital. Las autoridades de resolución han manifestado que aplicarán un criterio prospectivo a la supervisión de los requerimientos mínimos de recursos propios y pasivos elegibles para la recapitalización interna (MREL) de las entidades financieras, para tener en cuenta la naturaleza específica de esta crisis. Con todo ello, las entidades financieras están desempeñando su papel en esta crisis, canalizando algunas de las medidas nacionales y europeas que se han venido poniendo en marcha, tales como las líneas de avales públicos o las moratorias de crédito, ayudando en particular a las pymes y a las empresas de perfil de mayor riesgo. Gracias a ello, ha habido un importante incremento del crédito en el primer semestre, aumento que se ha venido atenuando a medida que ha mejorado la situación de los balances de las empresas. 

La Autoridad Macroprudencial también ha prestado especial atención a los intermediarios financieros no bancarios, un segmento que no ha dejado de crecer como consecuencia del proceso de transformación que está sufriendo el sector. Sobre todo, los trabajos de la AMCESFI se han dirigido fundamentalmente a la evaluación de la liquidez de los activos de la cartera de estas instituciones y al seguimiento permanente de los reembolsos. Estos últimos, que se incrementaron en marzo hasta casi el 2% del patrimonio de los fondos, pudieron atenderse sin incidencias relevantes. Un factor también muy importante de estabilidad financiera. Y finalmente, en tercer lugar, en relación con el sector asegurador, la crisis del Covid ha provocado un efecto mixto en términos de siniestralidad, con el aumento de la siniestralidad de algunos ramos y su disminución en otros, una reducción de los ingresos (primas) como consecuencia de la caída de la actividad económica, una disminución de la rentabilidad derivada de la intensificación y prolongación en el tiempo de los tipos de interés reales negativos y una pérdida de valor de algunas carteras asociada a la ampliación de los spreads crediticios y a la caída de las cotizaciones de la renta variable. Estas presiones han llevado a las entidades aseguradoras a reforzar la monitorización del riesgo de liquidez y a replantear las potenciales necesidades de fondos propios dentro de sus políticas de gestión de capital, de distribución de dividendos y pago de remuneraciones variables, para una adecuada protección a los asegurados. Me gustaría poner en valor y señalar el importante papel que están jugando las entidades financieras, tanto las entidades financieras como el sector asegurador, en 16 esta crisis, atendiendo los efectos de la emergencia sanitaria y dando una respuesta adecuada gracias a sus niveles de solvencia, que se han ido reforzando en los últimos años, y a una operativa que ha estado a la altura de lo que era necesario para poder afrontar desde la primera línea esta pandemia. Señorías, concluyo ya. Como decía al inicio, nuestro país está en la senda de la recuperación. Las medidas adoptadas hasta el momento están surtiendo efecto: han permitido preservar nuestro tejido productivo y nuestro empleo y nos han puesto de nuevo en el camino correcto. De hecho, según nuestras estimaciones gracias al importante esfuerzo de la sociedad española y a los diferentes paquetes de medidas que hemos venido adoptando se ha evitado una caída del PIB en 2020 que podía haber superado el 25% y se ha evitado también una destrucción de empleo que hubiera podido afectar a más de 3 millones de personas adicionales. No obstante, aún queda mucho por hacer, y el camino será todavía largo y lleno de incertidumbres. 

Por eso, es fundamental que trabajemos por controlar los rebrotes y limitar su impacto. Por eso es fundamental que sigamos adoptando, con agilidad y determinación, las medidas necesarias para impulsar la actividad económica y la creación de empleo. Por eso es fundamental contar con un marco presupuestario que nos permita canalizar de la forma más eficaz posible los fondos comunitarios, y poner en marcha cuanto antes los proyectos transformadores que nos permitan abordar los retos de futuro y los cambios que se han visto acelerados por la pandemia. Como dijo el presidente el pasado lunes, esta pandemia “no cambia el rumbo” de nuestro país, pero sí “lo acelera”. Y, para ello, resulta fundamental trabajar con altura de miras, con lealtad y con unidad. Sabiendo que vamos todos en el mismo barco y que la única manera de llegar a buen puerto es remar todos a una en la misma dirección. 17 Espero seguir contando con su apoyo para las medidas que podamos tener que adoptar, como ha sido el caso en los últimos meses, y para la puesta en marcha del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia que nuestro país necesita.