miércoles, 16 de febrero de 2011

Aprobada la Ley de Economía Sostenible


Hoy en el Pleno del Congreso ha tenido lugar el debate final de la que ha sido tramitación parlamentaria más larga de esta legislatura, una ley que fue anunciada en mayo de 2009 en el debate sobre el estado de la Nación por el presidente del Gobierno, que fue remitida mucho más tarde a esta Cámara, en abril de 2010, que ha sufrido todo tipo de prórrogas en el proceso de enmiendas y que ha llegado finalmente con la convalidación de las enmiendas que proceden del Senado.

Es una ley que en su momento se consideró y se anunció reiteradamente por parte del Gobierno como la ley que transformaría el modelo productivo español y la ley que sería el inicio del proceso de recuperación económica. Sin embargo, desde el anuncio de esta ley, en España se ha producido la pérdida de un millón de puestos de trabajo. Ya tenemos 4.700.000 parados.

En este debate final, intervino por el GPP el diputado Álvaro Nadal - que fué conmigo uno de los ponentes del grupo popular -  que aludió a que esta ley sigue siendo reiteradamente citada por parte de los miembros del Gobierno, junto a la transposición de la Directiva de Servicios y la ley de servicios profesionales, que estará por llegar, como los ejes de la reforma económica de un gobierno que nunca acaba por hacer esas reformas económicas y que nos está sumiendo con su inoperancia en lo más profundo de una crisis económica de la que los demás están prácticamente saliendo.

Dijo que estamos discutiendo sobre asuntos de última hora, que son los asuntos que han tenido algún tipo de interés. Lo que se ha ido añadiendo como enmiendas en el último segundo en el Congreso de los Diputados y posteriormente en el Senado actuando como una gran ley de medidas, como una gran ley de acompañamiento, en la que se resolvían determinadas cuestiones en el ámbito legal, en algunos casos por unos intereses, en algunos casos con unas alianzas políticas u otras, es lo único de lo que hemos venido a discutir aquí, porque de lo que es el contenido de la ley de economía sostenible, tal y como salió y como la planteó el Gobierno, no queda ni rastro mediático ni político, ni económico ni ningún tipo de efectividad.

Añadió que se ha aprovechado el trámite parlamentario en el Senado para arreglar unos cuantos desaguisados que a lo largo de la tramitación parlamentaria, esta larguísima tramitación parlamentaria de la ley de economía sostenible, el Gobierno ha ido creando en múltiples decretos leyes de reforma económica que en algunos casos han tenido una enorme contestación.

Y puso dos ejemplos que son evidentes.

El primero es el de las cámaras de comercio, impuesto por parte del Gobierno en un decreto-ley en diciembre, que ha sido modulado sustancialmente con un esfuerzo muy loable de las diferentes formaciones políticas, y un cambio en los plazos de sus efectos, ya que de otra manera habría significado, lisa y llanamente, la aniquilación del concepto de cámaras de comercio tal y como las hemos conocido en los últimos 150 años en nuestro país.

El segundo ejemplo fue el del decreto-ley de energía de enero, que hizo un cambio en la regulación fotovoltaica sin consensuarlo con el sector y que además era un cambio que lo podía haber hecho el Gobierno por su cuenta puesto que era de rango reglamentario.

Concluyó Nadal diciendo que esta será una ley para olvidar, salvo en esas cuarenta y tantas disposiciones finales, veintitantas disposiciones adicionales, que son esas cuestiones de última hora que se han ido añadiendo poco a poco dentro de esta ley de economía sostenible; se ha aprovechado el viaje para dotarle de contenido en unos sectores u otros.

Finalmente se preguntó a qué hemos estado jugando todos estos meses. ¿El Gobierno a qué ha estado jugando? ¿La política económica a qué ha estado jugando? Al escondite detrás de esta ley. ¿Dónde están esas reformas que tenían que crear empleo? ¿Dónde están los cambios en el dijimos al Gobierno, no se cambian con leyes. Los modelos productivos cambian mejorando la oferta de factores productivos del país, haciendo al país más competitivo, teniendo una energía más barata, teniendo una mejor educación, mejores infraestructuras, siendo un país competitivo desde el punto de vista fiscal y, sobre todo, ordenando las cuentas públicas y facilitando el acceso al crédito. Nada de esto existe en esta ley de economía sostenible, que quedará olvidada. Será una ley que no tendrá ningún efecto. Solo se acordarán de ella los sectores que en algún momento se han visto regulados en mejor o peor medida por normas establecidas deprisa y corriendo, que en algunos casos han permitido solucionar problemas creados de antemano.

 Por lo demás, probablemente será una de las cuestiones para olvidar en la historia de la política económica española.