Entre otras cosas dije:
“Señora presidenta,
señorías hablamos en este proyecto de ley de modificación de las leyes de
navegación aérea de 1960 y de seguridad aérea del año 2003. Una seguridad aérea
que, desde luego, todos nosotros pensamos y confiamos en tener garantizada,
pero lo mismo sucedía para todos nosotros en relación con la seguridad
energética y pudimos constatar como su suministro, que creíamos que no corría
ningún tipo de problemas, pues se convirtió en un “cero peninsular” el pasado
lunes 29 de abril”
Y añadí:
“Ayer, oímos, realmente
con estupor, como desde esta misma tribuna el presidente del gobierno, Pedro
Sánchez, minimizaba las consecuencias del apagón total ocurrido el pasado
lunes. Lo presentó como una gran oportunidad. Llegó a decir que sirvió para que
“se produjeran reuniones de familiares, de vecinos, que en nuestras calles
había un clima de seguridad y de confianza”
Pero.. ¿Qué pasaba
con las personas dependientes, con las personas mayores, qué pasaba con los
enfermos, qué pasaba con los comerciantes, qué pasaba con los ganaderos que no
podían alimentar a sus reses; qué pasaba en los ascensores ¿Cómo se puede tener
ese cuajo?
Llegó a decir
incluso, que, en el conjunto de buena parte del territorio español, cinco horas
después, se había recuperado la electricidad y el suministro eléctrico.
En Galicia, por
ejemplo, una de las Comunidades que citó, hubo buena parte, yo diría casi la
totalidad, que tardaron doce, catorce, incluso veinticuatro horas en recuperar
el suministro, ¿Cómo se puede ser tan frívolo Sr. Sánchez?
Y continué:
“Pero, enorme
perplejidad y disgusto nos causaron las palabras del señor Sánchez que fueron
literales, comillas” califico de gran acto de cinismo lamentar las cinco vidas
que tristemente se perdieron por el apagón e ignorar las 8.000 que se pierden
cada año como consecuencia del cambio climático”.
Qué vergonzosa
comparación, qué miseria señor Sánchez, qué miseria, qué miseria.
Afortunadamente, el
presidente Feijóo, también desde esta tribuna, ya tuvo ocasión de recordar la
angustia, de recordar la incomunicación y las pérdidas que sufrieron y yo no
voy a dejar de irme de aquí sin recordar, de esas cinco personas, a las tres
personas de Ourense, del municipio de Taboadela, 81 años, 77, años, 56 años que
murieron como consecuencia de la inhalación de gases de monóxido de carbono
porque necesitaban un generador porque tenían necesidad de un respirador
asistido.
Qué tristeza. Mi
sentido pésame a esa familia”.